Digamos no al rencor
La Psicología es tajante: aquellos que viven en el pasado y no pueden desarraigar el rencor de su alma, no pueden gozar del presente, ni aspirar a un futuro victorioso. En tal sentido, en la Biblia también se advierte que debemos ser cuidadosos de no abrigar en nuestros corazones ninguna “raíz de amargura“, pues tal condición no permitirá que nuestra vida prospere. Si en la mente persisten malas experiencias y no sabemos apartarlas de la realidad presente, no habremos avanzado mucho en el propósito de dar pasos orientados hacia la felicidad. Ese fue el llamado que Dios les hizo a algunos personajes antiguo testamentarios cuando los conminó a salir de tierras plagadas por la perversidad y a no mirar hacia atrás... ¡Cuidado!, no vaya a ser que al estancarnos en el pasado, como la mujer de Lot, podamos convertirnos en estatuas de sal.
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